Se aproxima
el cambio de gobierno, un partido de izquierda remplaza a un partido de centro
derecha que ha sustentado el poder en el país por muchos años pero que ha
mantenido, por conveniencia, al pueblo ignorante pero ese pueblo ignorante ha
sido el que ha llevado al de izquierda al poder, así son las cosas.
Nadie sabe
para quien trabaja.
La cuestión
es que el cambio se da en un país muy divido en donde uno es el bueno, otro es
el malo representado en varios aspectos por el pobre vs. el rico, el blanco vs.
el indígena, el patrón vs. el obrero.
Esta es una
división que a largo plazo ayudará a perder pues como dijo Felipe II de
Macedonia “divide y vencerás”.
Esta
división abonará solamente para aquellos que vean en esa situación de encono
una oportunidad para ganar pues a “río revuelto, ganancia de pescadores”.
Si es así. ¿A quién le conviene más esa
división? ¿Tendrá la ganancia el pobre y dejará éste de serlo? ¿El indígena reivindicará
su posición y obtendrá el respeto que merece no por ser indígena sino por ser
una persona?
Esperaría
que así fuera, pero la historia nos marca pocos hechos en donde lo anterior
haya ocurrido.
Cuando el
equipo está divido, resulta difícil pensar que se llegue al triunfo.