viernes, noviembre 02, 2018

Día de muertos

Se llamaba Marcelo. Era mi bisabuelo. Persona que el día de hoy recuerdo especialmente por la celebración del día de muertos y porque mi madre siempre tiene a bien poner una ofrenda en honor a todos nuestros muertos. Tradición que lleva puntualmente año con año y me invita a reflexionar. El era un hombre sencillo y muy trabajador. Aun cuando solamente pude estar con él los primeros años de mi vida pues en el 77 se nos fue, quedó su huella. Su vida fue lo que llamo el camino a la trascendencia. A pesar de sus humildes inicios pues vivía en la pobreza extrema, mi abuela dormía en, literalmente, un huacal pues no había dinero para comprarle una cuna, Marcelo se fue abriendo paso y la curiosidad lo llevó a hacer cosas que en el país eran totalmente nuevas. Cuando no se conocía el permanente en la ciudad de México, fue él quien lo introdujo en un salón de belleza en los límites de las colonias Condesa y Roma. También fue quien empezó a rentar trajes para caballero pues en las colonias como la Guerrero, los hombres tenían que asistir a eventos o entrevistas de trabajo y no tenían en su guardarropa esas piezas. Lo anterior fue el inicio de una carrera muy exitosa que ha dado sustento a cuatro generaciones y que ayudó a cambiar la cultura de sus más cercanos. Su huella está presente. ¡Gracías Marcelo!

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