¿Para qué
es la historia? ¿por qué nos debería importar la historia? ¿la necesitamos en
las escuelas?
La
respuesta es: sí y no.
No, cuando
lo único importante es memorizar fechas y nombres.
Sí, cuando
los eventos tienen una conexión y esa conexión nos permite identificar ciertos
comportamientos que al tiempo tienen una propuesta de valor para el momento
actual.
En otras
palabras, la información de eventos que pasaron en el pasado son puntos
importantes para en la medida de lo posible evitar cometer errores que otros
cometieron o en lo positivo, para seguir pasos que algunos han tomado y que han
permitido resolver muchos de los problemas que tenemos en el mundo.
Por
ejemplo, ¿no sería maravilloso que otros países en el mundo siguieran los pasos
que China ha tomado en las últimas décadas para sacar a millones de habitantes
de la extrema pobreza? ¿no sería fenomenal replicar alguna de las prácticas que
han seguido países como Estonia, Singapur o Finlandia para tener educación pública
de calidad?
Lo que
considero es que la enseñanza de historia en muchas de las escuelas no responde
a la pregunta para qué y eso de alguna manera aleja al estudiante pues no ve
éste su función en lo que pudiera ser una herramienta sumamente valiosa para su
presente y futuro.
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