Ayuda que yo te ayudaré

Si eres un bombero, maestro, enfermero seguramente muchas de las personas conciben tu profesión como una para ayudar a los individuos en particular y la comunidad en lo general.

Sin embargo, si esta ayuda es remunerada, ¿es realmente ayuda?

Esta es la pregunta que me tengo hoy pues para muchas personas el sentido de justicia y por ende la ayuda, está relacionado al hecho de recibir o no una remuneración por dar un servicio determinado.

Pero si hay gente que no considera las actividades de los profesionales ya mencionados como una ayuda por el simple hecho de recibir un salario, entonces, ¿qué es ayudar?

Para ellos ayudar significa hacer algo sin que haya una retribución por lo que se haya hecho. Pero entonces si a mi vecino lo ayudo, por ejemplo, a encender su auto que se quedó parado en medio de la calle y éste el día siguiente me da una caja de chocolate en agradecimiento, ¿se vuelve esto una retribución y por lo tanto la quito del renglón, ayuda?

¿Podrían entonces “ayudar” los empresarios, pintores y políticos a su comunidad? o ¿el hecho de recibir algo a cambio por un servicio, el sentido de la ayuda pierde su pureza?

Diría que la cuestión monetaria no está en conflicto con el deseo de ayudar.

Siempre habrá personas que decidan enfocarse en profesiones que les permitan resolver problemas con los que lidiamos todos los días y el hecho de pensar en los demás hace a esa actividad relevante para el grupo a pesar de que sea remunerada.

Quisiera ver más personas comprometidas con el grupo, con la comunidad para que ésta crezca como consecuencia de una ayuda mutua.

La inutilidad de las etiquetas

¿Son las etiquetas buenas, malas o útiles? La gran respuesta es que tendremos un caluroso debate.

La estudiante está frente al maestro y aun cuando quisiera que la clase fuera diferente ella sabe y entiende por su experiencia que es él quien tiene el control y el conocimiento. Por lo tanto, también tiene el sartén por el mango.

Por su parte el maestro quisiera que sus alumnos fueran más participativos y dejaran de depender de él para recibir la mayoría de información en el aula.

Sin embargo, está el problema que desde mucho tiempo hemos tenido tiene que ver con las etiquetas.

En otras palabras, con los convencionalismos que hemos ligado a esas señales, pero a veces esas señales son obsoletas o innecesarias para generar cambios.

Son obsoletas cuando necesitamos maestros con actitudes diferentes que inviten a los alumnos a pensar y no solamente a ser receptores de conocimiento como lo criticó Paulo Freire en su libro Pedagogía del Oprimido o cuando se necesitan alumnos que hablen para expresar sus necesidades de aprendizaje en un ambiente muy cambiante.

La situación es que seguimos teniendo prácticas que mantienen a los jóvenes como esclavos de las ideas de otros.

Una sacudida para ambas partes no sería mala opción como tampoco lo sería dejar de pensar en la utilidad de las etiquetas para darnos señales.

¡Es hora de dejar tu cámara para crear momentos inolvidables!

¿Que pasaría si en tu siguiente viaje dejaras tu cámara fotográfica y de video en tu casa? Sí, irías a un lugar nuevo queriendo captar imágenes, pero se te olvidó la cámara.

¿Te produciría esta situación ansiedad? Tal vez sí. Las fotografías te permiten regresar a ese lugar al cual físicamente posiblemente nunca regresarás.

on las cámaras de foto y lo video herramientas modernas para poder satisfacer esa necesidad de tener algo por tiempo más largo que el que nos ofrece la visita a un lugar en específico.

De no tener nuestra cámara ¿cuál pudiera ser una alternativa para que no solamente captemos una imagen por unos segundos, sino que realmente esa imagen quede en nuestra mente?

La solución pudiera se sentarse y tratar de dibujar lo que uno tiene enfrente. ¿Dibujar? Te dirás: no lo he hecho desde que estaba en el jardín de niños.

La idea no es una cuestión para arquitectos, artistas o diseñadores.

No se trata de probar que tan buen dibujante eres pues si así fuera y criticáramos las fotos que tomamos desde un punto de vista profesional, seguramente muchas de ellas no llegarían a los parámetros que nos ponemos cuando dibujamos y aun así seguimos tomando una gran cantidad de fotos constantemente.

Es curioso, parecería que el dibujo nos expone pues es algo que sale directamente de nosotros mientras con la fotografía, aunque sea nuestra, tiene un elemento que parecería tomar la responsabilidad de la acción: la cámara.

El punto es que dibujar lo que tenemos frente a nosotros posiblemente nos permitirá ver detalles que de otra manera pasarían desapercibidos y lograr que esa imagen realmente permanezca con nosotros.

Integración

Voy a otro país y la primera pregunta que quiero y debo hacerme es: ¿deseo integrarme a la cultura a la que me recibe?

La respuesta tiene tres ángulos: puede ser sí, puede ser no, o creo que en este caso, puede haber un tono gris, o sea me medio quiero integrar.

Aún cuando la elección en muchas ocasiones puede ser no consciente, cuando analizamos nuestro comportamiento e identificamos nuestras actividades diarias podemos identificar en donde estamos.

Es decir, si realmente la cultura a la que llegamos nos llena de tal forma que decidimos hacer lo necesario para integrarnos: aprendemos el idioma, interactuamos con personas locales, comemos la comida local, respetamos las reglas y costumbres locales entre otras cosas.

Y bueno lo contrario, puede de igual manera suceder, en otras palabras tomar la actitud de aunque estoy en otro país sigo con las prácticas que me enseñaron en mi país de origen y aún cuando no deseo estar en mi país de origen por alguna u otra razón mi nivel de integración en el nuevo país es mínima pues sigo hablando mi idioma, buscando mi comida e interactuando con personas que comparten mi misma cultura.

La línea está pintada, es simplemente decidir si estás o no dispuesto a integrarte a una sociedad que te recibe.

Desarrollo

Considero que algo que nos mueve es el desarrollo.

Muchos queremos crecer en lo material y en lo espiritual.

Deseamos tener más amigos; mejores relaciones con nuestra pareja e hijos; vernos mejor; etc. Esto de alguna manera tiene que ver con ser mejores día a día (pudiera ser nuestro marcador) sin embargo muchas veces es difícil cuantificar ese avance pues en ocasiones, ese progreso no se ve y si lo hay es difícil de cuantificar.

Por ejemplo, si hay a una persona materialmente pobre que parece tener problemas para sacar a sus hijos adelante pues los indicadores muestran que sus hijos están por debajo de la “media”, entonces es cuando pensamos que ellos están mal.

¿Cómo es que tienen hijos conociendo su situación? Pero si ellos están mal, alguien que estuviera arriba de nosotros en cuanto a lo material podría decir lo mismo de nosotros, o sea, la perspectiva es otra y los derechos de tener hijos por citar algo se vuelven derechos de quienes los pueden mantener y no de quienes desean tenerlos a pesar de las circunstancias adversas.

Después de analizar mi camino, he encontrado que hay avance en algunos aspectos de mi vida, en otros estoy totalmente paralizado.

Lo interesante es identificar esa parálisis y actuar en consecuencia.

Los miedos están y siempre estarán con uno sim embargo la recomendación es aprender a bailar con esos miedos o utilizarlos para salir de ese círculo y moverse a donde pueda haber una vida mejor en los propios parámetros que uno se establezca.

Historia ¿para qué?

¿Para qué es la historia? ¿por qué nos debería importar la historia? ¿la necesitamos en las escuelas?

La respuesta es: sí y no.

No, cuando lo único importante es memorizar fechas y nombres.

Sí, cuando los eventos tienen una conexión y esa conexión nos permite identificar ciertos comportamientos que al tiempo tienen una propuesta de valor para el momento actual.

En otras palabras, la información de eventos que pasaron en el pasado son puntos importantes para en la medida de lo posible evitar cometer errores que otros cometieron o en lo positivo, para seguir pasos que algunos han tomado y que han permitido resolver muchos de los problemas que tenemos en el mundo.

Por ejemplo, ¿no sería maravilloso que otros países en el mundo siguieran los pasos que China ha tomado en las últimas décadas para sacar a millones de habitantes de la extrema pobreza? ¿no sería fenomenal replicar alguna de las prácticas que han seguido países como Estonia, Singapur o Finlandia para tener educación pública de calidad?

Lo que considero es que la enseñanza de historia en muchas de las escuelas no responde a la pregunta para qué y eso de alguna manera aleja al estudiante pues no ve éste su función en lo que pudiera ser una herramienta sumamente valiosa para su presente y futuro.

Trabajo en equipo

Recientemente vi en una plática que dio Bill Gates en relación con la reducción de la pobreza el caso de China.

Gates explicaba como ese gran país logró sacar de la pobreza extrema a más de 500 millones de personas. Sí, 500 millones. Es cuatro veces la población que tiene México para que nos demos una idea o el equivalente a un poco más de toda la población de mundo que habla español.

De entrada, ese número es impactante pero también lo es tiempo en el que China logró esa meta.

Fueron solamente unas décadas y no siglos como pudiéramos pensar.

¿A qué se debe ese resultado fenomenal? Hay muchos estudios que darán cuanta de muchos de los puntos por los cuales China ha logrado esos niveles de crecimiento y yo me quiero enfocar en uno: el trabajo en equipo.

Creo que para ese gran país asiático el tener en primer lugar una visión clara de hacia dónde se debía dirigir y después un plan de acción para lograrlo han sido dos ingredientes fundamentales sin embargo esto no sucedería si la población no trabajara en equipo y eso es la clave para hacer grandes proyectos.

Yo quisiera ver un continente americano más unido y trabajando en equipo para que de manera similar a China, logre sacar a muchos de sus habitantes de la extrema pobreza.

Empieza a viajar

Escucho en muchos de los jóvenes el sueño que es viajar. Muchos desearían ir a países muy lejanos a su lugar de origen a otros les gustaría estar en países más cercanos pero el común denominador es salir de su país y conocer otras culturas.

Tal vez, muchas de las inquietudes vienen por la publicidad que ciertos países tienen. Es decir, hay países que producen contenidos, ya sea libros, películas o programas de televisión en donde se fomenta la cultura del país. Lo anterior hace que los consumidores de este contenido tengan una preferencia por algunos países y que otros pueblos aun cuando pudieran ofrecer una experiencia inolvidable, están rezagados en las listas de las naciones que algún joven quisiera visitar.

Lo que puedo expresar es que no importa el destino, lo importante para un joven es que empiece a viajar. Que salga de su ciudad de origen, no es necesario que tenga pasaporte ni que compre un boleto caro de avión.

El ir a una ciudad o pueblo cercano y enterarse de las similitudes como las diferencia con su lugar de origen le permitiría volverse más sensible culturalmente y esa sensibilidad dará frutos en un futuro cuando se enfrente a situaciones en donde individuos con diferente formación sean parte de su equipo de trabajo o grupo social.

¡No te detengas en tu sueño y empieza a viajar!

Recetas

Muchos de nosotros buscamos recetas.

Queremos saber cómo hacer las cosas de manera más sencilla, rápida y eficiente.

En esta época pareciera que los tramos largos no son los preferidos por muchos y preferimos los atajos.

Sin embargo, hay una cuestión interesante pues cuando se ofrecen algunas recetas y se identifica un patrón de conducta, entonces lo actual que se tiende a decir es: la diferencia viene por la cuestión racial.

Creo que estos argumentos en ocasiones deben de ser tomados en cuenta pues posiblemente haya parte de ello, pero también deben de ser tomadas la señales que el grupo te está dando.

En este caso el grupo te pide ciertos requerimientos para funcionar dentro de él sin embargo la mediocridad sale a relucir e inmediatamente se tacha a quien ha logrado ir más allá de lo común de racista y clasicista.

No creo que muchas de las instituciones sean racistas de origen, simplemente son un ejemplo de que se entiende a la cultura y se actúa en consecuencia.

El juego para educar

Creo en el juego como un herramienta poderosa para educar.

Pregunto a muchos estudiantes hoy niños y jóvenes sobre lo que les justa hacer en su tiempo libre y la respuesta se repite en varios grupos independientemente de su edad.

Ellos coinciden en que pasan una gran parte del tiempo en jugando, especialmente con juegos de video.

Es curioso pues cuando los niños son pequeños los impulsamos a jugar y jugar. Escuchar sus risas y ver sus movimientos cuando están en los parques llenan nuestros corazones sin embargo en la medida que ellos crecen también crecen las restricciones para que ellos jueguen.

En muchas de las escuelas, por ejemplo, el tiempo de recreo que tienen los niños es limitado y tiene que ser dividido para tanto comer como jugar.

Después de la escuela, muchos niños tomarán clases extracurriculares o irán a sus casas a hacer sus tareas, lo cual es implica un menor tiempo para jugar. En el salón de clase poco jugamos, pareciera que el juego no es un elemento permitido en este ambiente y la disciplina se confunde con rigidez.

Es cierto que no se encuentran juegos a la vuelta de la esquina que permitan entretener al tiempo que el individuo aprende sin embargo creo que este es un punto que se debe explorar más por quienes hacen investigación y quienes aplican esas investigaciones en los salones de clase.

Es pues, tiempo de jugar para educar.

Diploma

Muchos de los jóvenes de hoy creen en el diploma como una pieza indispensable para lograr desarrollarse, al menos profesionalmente.

Creo que al día de hoy de poco sirve el diploma y me explico.

En muchos países el diploma no ha estado exento de prácticas de corrupción. Numerosos jóvenes pueden simplemente hacer un diploma falso o pagar a sus maestros por las calificaciones sin que los alumnos hayas cursado propiamente una materia.

En otros casos cuando se tiene el diploma y el joven decide ir a buscar trabajo, se encuentra que muchas de las vacantes piden experiencia en aspectos poco trabajados en la institución de donde obtuvo ese reconocimiento.

Hoy en día hay elementos más importantes que un diploma como el hecho de ser más competente en otras habilidades como comunicación con otros personas o liderazgo por mencionar un par de ellas.

Los jóvenes deben de tomar tiempo para descubrirse. Deben luchar por hacer lo que les interese y trabajar duro para conseguir resultados en esos ámbitos.

Tal vez de seguir sus instintos, varios jóvenes encontraran su pasión y esta pasión les ayudará a generar crecimiento personal y profesional que vale más que un diploma.

Consciencia cultural

Es claro que en muchas ocasiones cuando vamos a otros países y pensamos en la globalización, pensamos inmediatamente que muchas de la practicas que en nuestros países serían practicas comunes en otros sin embargo la realidad es otra.

A pesar de que en muchas naciones podamos ver gente vestida con jeans o utilizando un teléfono móvil, esto no implica que las actividades diarias son similares al país de donde sea producto esa prenda de vestir o ese aparato electrónico.

Lo que se necesita es: hacer consciencia y reconocer que culturalmente somos distintos y gracias a estas diferencias encontramos riqueza en los otros.

Cambio de país, cambio de actitud

Querer ir a otro país requiere de otras cosas más allá del simple deseo de dejar tus tierras por las razones que desees.

Mucha gente tiene la idea de que irse a un país con mejores condiciones económicas desde el punto de vista mediático, pues muchos de ellos no han tenido la delicadeza de tomar estudios y ver más allá de lo que la televisión y el internet ofrecen, resultará en una transformación inmediata.

Estas personas piensan que el ir a otro país será el detonante para que sus vidas cambien de la noche a la mañana, sin embargo, en muchos casos las cosas no son así y aun cuando en lo económico, la situación de una persona pueda ser mejor, hay otros aspectos como el social y cultural que tal vez se vean mermados por el cambio.

Al tiempo, es fundamental considerar que debe de haber un cambio de actitud pues es esto un punto fundamental para que haya una mejora en varias vías y no solo la económica. Como ejemplo, conozco a personas que desean irse de su país, pero no se preparan culturalmente para ese cambio.

Muchos piensan que, con el simple hecho de hablar el idioma, será suficiente para lograr el éxito que desean.

Ir a otro país para mejorar requiere de una actitud diferente por lo tanto es necesarios leer y enterarse de lo que la cultura receptora requiere para que así la persona sea aceptada y aumente sus posibilidades de integración.

Los jóvenes se sienten abandonados

Muchos de los jóvenes hoy sienten que la gente que está a su lado poco se preocupa y ocupa por ellos. Esto va desde sus padres, amigos y maestros.

Desafortunadamente, estamos en una época en donde parece que lo material está sobre muchos de los valores entre los cuales pondría el interés por servir a los demás.

Cuando los jóvenes piensan que los maestros simplemente están en un aula porque es su trabajo, pueden que tengan razón en algunos casos sin embargo en muchos otros se equivocan. Hay muchos maestros que han optado por estar en un salón de clase porque sienten el compromiso de hacer que las personas aprendan y que este aprendizaje sea vuelva una herramienta para que la persona se desarrolle y en la medida de lo posible diseñe una vida por la que ella opta y no por una que le sea impuesta.

Para nuestra desgracia, lo que muchos jóvenes han visto y escuchado, tiene que ver con la poca posibilidad de creer en ellos y esta situación los lleva a tomar decisiones poco atrevidas. Deciden quedarse en lo conocido que al final se vuelve aquello que no querían tener, pero con lo cual se conformaron a falta de una voz que les invitará a hacer lo contrario.

Día de muertos

Se llamaba Marcelo. Era mi bisabuelo. Persona que el día de hoy recuerdo especialmente por la celebración del día de muertos y porque mi madre siempre tiene a bien poner una ofrenda en honor a todos nuestros muertos. Tradición que lleva puntualmente año con año y me invita a reflexionar. El era un hombre sencillo y muy trabajador. Aun cuando solamente pude estar con él los primeros años de mi vida pues en el 77 se nos fue, quedó su huella. Su vida fue lo que llamo el camino a la trascendencia. A pesar de sus humildes inicios pues vivía en la pobreza extrema, mi abuela dormía en, literalmente, un huacal pues no había dinero para comprarle una cuna, Marcelo se fue abriendo paso y la curiosidad lo llevó a hacer cosas que en el país eran totalmente nuevas. Cuando no se conocía el permanente en la ciudad de México, fue él quien lo introdujo en un salón de belleza en los límites de las colonias Condesa y Roma. También fue quien empezó a rentar trajes para caballero pues en las colonias como la Guerrero, los hombres tenían que asistir a eventos o entrevistas de trabajo y no tenían en su guardarropa esas piezas. Lo anterior fue el inicio de una carrera muy exitosa que ha dado sustento a cuatro generaciones y que ayudó a cambiar la cultura de sus más cercanos. Su huella está presente. ¡Gracías Marcelo!