martes, noviembre 13, 2018

Integración

Voy a otro país y la primera pregunta que quiero y debo hacerme es: ¿deseo integrarme a la cultura a la que me recibe?

La respuesta tiene tres ángulos: puede ser sí, puede ser no, o creo que en este caso, puede haber un tono gris, o sea me medio quiero integrar.

Aún cuando la elección en muchas ocasiones puede ser no consciente, cuando analizamos nuestro comportamiento e identificamos nuestras actividades diarias podemos identificar en donde estamos.

Es decir, si realmente la cultura a la que llegamos nos llena de tal forma que decidimos hacer lo necesario para integrarnos: aprendemos el idioma, interactuamos con personas locales, comemos la comida local, respetamos las reglas y costumbres locales entre otras cosas.

Y bueno lo contrario, puede de igual manera suceder, en otras palabras tomar la actitud de aunque estoy en otro país sigo con las prácticas que me enseñaron en mi país de origen y aún cuando no deseo estar en mi país de origen por alguna u otra razón mi nivel de integración en el nuevo país es mínima pues sigo hablando mi idioma, buscando mi comida e interactuando con personas que comparten mi misma cultura.

La línea está pintada, es simplemente decidir si estás o no dispuesto a integrarte a una sociedad que te recibe.

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