Es común pensar en objetivos como el anterior el problema viene cuando éste es tan grande que parecería que nunca lo alcanzaremos y decidimos entonces mejor renunciar al sueño.
¿Y es realmente imposible lograr correr un maratón? Claro que no. Mucha gente lo ha hecho y hay algunos en los que el número de participantes que corren aumenta cada año.
Entonces, ¿qué hace diferente a esos que lo corren con la mayoría que tiene ese como sueño pero en eso se queda? La diferencia es cómo se plantea el objetivo pues si tenemos en la mente el resultado, en este caso el correr el maratón y no el proceso por el cual hay que pasar para que eso suceda, muy posiblemente cuando nos enfrentemos al precio por pagar, las cosas cambiarán.
Para ponerlo de otra manera, nos imaginamos la cima de la montaña pero no el camino que se debió recurrer para llegar allá. Y es que si tuviéramos en nuestra mente la imagen del proceso y si lo llevaramos paso a paso, los resultados serían diferentes.
Debemos así dividir la empresa en pequeñas partes que podamos ir ganando batallas antes de creernos vencedores de la guerra y vayamos creando certidumbre en nosotros. El no hacerlo así, lleva a nuestra desmotivación y eventual renuncia al proyecto.
Reflexiona cuáles han sido esos proyectos que como maratones has querido correr y no has siquiera empezado a ponerte la playera para correr 100 metros. Después, ve si en éstos solamente fijaste simplemente la meta y no lo que te costaría hacer eso. Si fue así, platea el proyecto de nueva manera e intenta ir paso a paso, verás que los resultados pequeños te darán fuerza para seguir y seguir.
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