He estado frente a la computadora por varias horas, que digo horas, días.
El proyecto es ambicioso. El número de palabras rebasa el número de habitantes de una pequeña ciudad. Sí son muchas pero tengo que escribir más.
No es cuestión de cantidad sino de expresar correctamente esas ideas que darán sentido al conjunto de palabras que organizadas darán cuenta de lo que detrás de ellas hay.
Es cuestión de disciplina. De levantarse y decir que lo primero por hacer es estar frente al teclado y empezar.
Empezar no es fácil pues la resistencia nos llama a seguir en nuestro rincón seguro. Es esa voz que nos dice que lo que estamos por hacer puede ser "peligroso".
No es peligroso porque nuestras vidas se puedan perder sino peligroso porque deseamos que todos nos den su aprobación cuando en realidad esto no pasara.
No pasará porque nadie tiene que aprobarnos, somos nosotros quienes tenemos el control y por lo tanto la capacidad de decisión.
Fácil no es, pero es más difícil tener que cargar con la piedra del arrepentimiento por nuestra falta de acción.
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