La duda llega en el momento menos preciso.
Llega cuando tenemos frente a nosotros una decisión importante que debemos de tomar.
En ocasiones, pensaríamos que la duda es nuestra mejor aliada porque nos evitará experimentar dolor.
La realidad es que esa duda lejos de ayudarnos, en la mayoría de las ocasiones, nos frenará y evitará que estemos en un mejor lugar.