Viajar es divertido porque hay muchas actividades que generalmente no haces en tu lugar de origen. El hecho de hacer algunas actividades diferentes te ayuda a motivarte pues éstas te permiten salir de la zona de confort. Pero no es solamente salir de esa sino sino disfrutar del momento cuando estás fuera de ella. Esto es lo que le pasó a Jaime quien en su primer viaje al extranjero a pesar de no hablar el idioma del país que visitó, pudo arreglárselas y comunicarse de tal manera que probó, por ejemplo, platillos nuevos. Algunos de estos platillos eran tan exóticos que no imaginaba jamás que hubiera lugar para ello. Ahora Jaime cuenta orgullosos sus experiencias e invita a otros a seguir sus pasos y aventurarse a hacer cosas diferentes en destinos no antes vistos incluso en donde las cuestiones culturales son nada parecidas con las de su lugar de origen.
Aún cuando la comida es un aspecto hay otros que también se experimentan e invitan a tener momentos de diversión como es el case del hospedaje o el transporte.
En su viaje a China, Miguel recuerda que tratando de llegar a un determinado lugar en la ciudad que visitaba, veía todos los autobuses pero no sabía cuál tomar y la barrera del idioma no le permitía comunicarse con las personas locales. Miguel se aventuró y tomó un autobús, no sabía el rumbo que éste habría de llevar pero lo que supe es que nadie le quitaría la aventura. Una vez en el autobús, preguntó a los pasajeros cómo llegar al centro comercial con una foto que había copiado de internet. Con esto y perseverancia, Miguel encontró el lugar que quería visitar. Le tomó más tiempo de lo que un habitante local le hubiera tomado sin embargo tiene la experiencia y la satisfacción.
Es así que al igual que Miguel o Jaime, toma tu maleta y atrévete a viajar.
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